La competición:
¿Cómo afecta a los pequeños deportistas?


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Q
ue el deporte produce niveles elevados de estrés está más que comprado. Hanson, en 1976, encontró que la tasa cardiaca de los niños cuando estaban al bate en béisbol era de entre 145-166ppm. Al contrario, la tasa cardiaca mientras estaban defendiendo era de 128ppm.

Entendemos por estrés, siguiendo a Hans Selye, 1926: "la respuesta psicológica y/o biológica general del organismo ante cualquier situación estresante". Es decir, "el desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda física y/o psicológica, y la capacidad de repuesta en situaciones de posible fracaso haciéndonos sentir cansados, agotados, agobiados etc" (McGrath, 1970).

La modalidad de competición también contribuye al desarrollo físico, emocional e intelectual de los niños y proporciona experiencias acerca de su capacidad y habilidad, confianza en sí mismo y estimula la conducta social. De ahí que deba considerarse la competición en edades tempranas de una manera positiva, teniendo muy presente que el entrenamiento intensificado carece de justificación fisiológica y educativa, origina tensiones físicas y mentales extremas, conlleva riesgo psicológica y de desarrollo social, requiriendo unos niveles de activación por encima de los normales, y si es estresantes puede repercutir negativamente sobre el rendimiento, provocar retiradas, e incluso niños con problemas psicológicos.

En iniciación hay que tener muy claro que el niño debe aprender jugando y disfrutar de lo que hace, ya que éste vive el deporte, vive su evolución personal y se siente motivado para seguir adelante. Primero se construyen los pilares y sobre éstos se va edificando y cautivando al joven deportista. Los padres deben saber que la influencia que ejercen sobre sus hijos es directa pudiendo ser positiva o negativa. En caso negativo, lo único que conseguiremos es entorpecer el crecimiento efectos del niño y confundir sus objetivos deportivos.

    Por todo ello, abogamos por un entrenamiento adecuado basado en la diversidad de movimiento y preparación física general e integrada antes que la propia competición que será posterior contribuyendo así a crear ambientes de entrenamiento adecuados y coherente, resaltando el rol del psicólogo deportivo, que además de un buen programa de entrenamiento psicológico, buscará que el deportista tenga un buen control sobre los factores que en un momentos determinado pueden afectar a su comportamiento como son la importancia del evento, la incertidumbre, el calor, el frío, el ruido, la oscuridad, sentimientos, pensamiento, recuerdos y expectativas.


Tomado de: Efdeportes.com
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