FUTBOL
INFANTIL
Lic. Darío Mendelsohn/ Psicólogo especializado en deporte
Lic. Darío Mendelsohn/ Psicólogo especializado en deporte
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Es difícil
encontrar a alguien que no esté de acuerdo con el hecho que los niños jueguen a la pelota, entendiendo esta actividad, como un
juego más espontáneo que dirigido, donde el adulto debería proponer, más que
decidir, o sugerir, más que dirigir.
El juego es un tipo especial de actividad que tiene gran importancia
instructiva en la vida del niño. En los juegos las personas reproducen la
realidad circundante y además muestran cierta actitud ante ella, promueven
deseos, sentimientos de amistad, cooperación y ayuda mutua. El juego es una
actividad que permite al niño expresar con plena libertad, sus impulsos, sus
gustos, sus aptitudes, su personalidad. La práctica deportiva tiene una función
vital importantísima; prepara, ejercita, entrena al niño y al adolescente para
las exigencias de la vida adulta. El juego permite la liberación emocional, y
da lugar a la derivación de las tensiones emocionales, de manera inconsciente,
la alegría, el amor, el odio, el temor, el fastidio, los celos, la ira y las
diversas formas de sentimientos, se traducen provechosamente por medio del
juego.
Alrededor de los 10/11 años el niño podría elegir un deporte grupal y
otro individual, basándose en sus gustos, facilidades, o talento personal, y no
en la decisión de los padres.
Para que el niño atraviese en forma placentera y educativa a la vez, la
iniciación deportiva, el deporte debería estar al servicio del niño, y no el
niño al servicio del deporte, es decir que los elementos (pelotas, raquetas,
dimensiones del campo, altura de aros, etc.) deberían ser acordes al desarrollo
psicomotriz de los niños, para que exista la posibilidad de aprendizaje.
Lo ideal sería que un niño, hasta aproximadamente los 10/11 años,
juegue, por el placer de jugar, sin hacer hincapié en la competencia, ya que
aproximadamente a esa edad hay un aumento de la coordinación dinámica general,
aumento de la coordinación óculo - manual, y un mayor ajuste perceptivo interno
y externo.
Después de los 10/11 años un niño debería comenzar con especialización
deportiva, entendiéndolo como un proceso de desarrollo y entrenamiento de las
capacidades técnico - tácticas, orgánico - funcionales, y neuromusculares con
el fin de obtener un rendimiento óptimo o máximo, esto implica competencia
regular, jerarquías, categorías, reglamentos, etc.
Cuando los niños dejan el club de barrio, y tienen la posibilidad de
llegar a una institución futbolística tradicional, generalmente quedan a cargo
de un ex jugador de fútbol profesional (que a veces ni siquiera ha completado
el curso de director técnico habilitante), muchas veces, una gloria de dicha
institución, que debido a su experiencia como jugador podrá transmitirle a esos
niños, vivencias y situaciones atravesadas en su época de futbolista, pero
¿están en su mayoría capacitados para conducir niños en formación que además de
conocimientos futbolísticos, necesitan ser respetados en sus tiempos de
maduración y crecimiento?
Me parece que si los chicos cuando están en proceso de formación,
reciben un mensaje de su profesor, que dice que correr es para aquellos que no
saben pegarle bien a la pelota, y los que patean bien, no tienen que correr,
tal concepto se va internalizando en forma errónea.
Notas
Durand, Marc, El
niño y el deporte. Paidos, Barcelona, 1988.
Palau Matas, Joaquim, EFDeportes,
Revista digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 35 - Abril de 2001 http://www.efdeportes.com/efd35/psifut.htm
Palau Matas, Joaquim,
obra citada.
Blázquez Sánchez (1986)
Tomado de: psicologosdeldeporte.com
goo.gl/8KUkWr
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